La caninocracia es, evidentemente, una fórmula de gobierno en la que reinan los perros. Nunca se ha puesto en marcha por falta de interés político de los posibles gobernadores, pero hubo una vez que un mastín lo intentó. Se llamaba Bernhard y era algo bobo, la verdad sea dicha. Pero no le faltaba ambición, y hay que reconocer que en este mundo te lleva más lejos la ambición que la inteligencia. El caso es que Bernhard se lió con un chihuahua, pero luego le traicionó y se hizo una bufanda con él. Todo esto solo para poder soportar las bajas temperaturas de Denver en invierno. Ya desde el principio vemos sus dos características: no se detenía ante nada para lograr sus objetivos (AMBICIÓN) y, en lugar de coger una manta del armario, va y mata a un caniche para hacerse una bufanda (ESTUPIDEZ). Bernhard es un psicópata. Que le jodan.
Caninocracia
Álex Garrido
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